El ardor en la sangre. Irene Nemirovsky

Irène Némirovsky nació en Kiev en 1903 en el seno de una familia acaudalada. Cuando tenía solo 16 años la familia huyó de la revolución bolchevique y se estableció en París en 1919. A pesar de ser una escritora valorada y querida, tras la ocupación alemana en 1942 se ordenó su ingreso en el campo de Auschwitz (también el de su marido). El ardor de la sangre: su segunda obra póstuma, tras Suit francesa, ambas encontradas manuscritas en las pertenencias de sus hijas (que huyeron tras el arresto de sus padres).
En El ardor en la sangre, reconstruye la vida en un pueblo francés en los años 30-40. El protagonista es un anciano, Silvio, que ve pasar la vida, solo en su casa de campo, con lo justo para vivir, y se dedica a observar las relaciones entre las gentes de su alrededor.
La hija de su prima, Colette, acaba de casarse con un buen nombre y ha tenido un hijo. Una noche, cuando el marido vuelve a casa, se cae del puente cercano y muere ahogado en el río. Todo esto es el detonante para que se desvelen una serie de secretos, del presente y del pasado, que incluyen infidelidades, traiciones y homicidios.
La novela nos habla de unas personas encerradas en sí mismas, que no expresan sus sentimientos, sino que se los guardan para sí. Pero, detrás de esa fachada tan austera, se esconden pasiones (juveniles sobre todo) que, al final, acaban saliendo siempre a la luz.

Es una novela intensa, pero contenida, sin concesiones a la frivolidad ni a la exageración; pasional y al mismo tiempo serena.

Comentarios