Esta es la tercera novela de una trilogía (aunque se pueden leer de manera independiente) que sus seguidores llaman “trilogía del manuscrito, compuesta también por ”El manuscrito de piedra (2008) y El manuscrito de nieve (2010). Y también es, por tanto, la tercera novela que tiene como protagonista a Fernando de Rojas, el conocido escritor y pesquisidor real. Han pasado 30 años desde su última misión, está retirado y cansado, pero recibe un encargo en persona de la emperatriz Isabel de Portugal y no puede negarse. En esta ocasión, tiene que resolver el crimen de don Francés de Zúñiga, bufón, del emperador Carlos V.
Francés de Zúñiga fue un personaje real. Fue un hombre cercano al poder, y precisamente por ser bufón se le percibía como inofensivo, aunque era muy ingenioso y tenía una lengua muy afilada y por tanto se granjeó muchos enemigos. Jambrina ha querido recuperar su figura y convertirlo en un símbolo: era de esas personas que contra viento y marea se atreve a decir esas verdades que nadie más se atreve y además paga las consecuencias. Quiere hacer un guiño a la época actual.
Para algunos, “El manuscrito de fuego” es una novela histórica, para otros puede ser una novela negra. En cualquier caso, la investigación del crimen es un pretexto para conocer a la víctima, reconstruir su vida, y también reconstruir la sociedad que es la que explica el crimen.
Refleja muy bien el ambiente de esta época (finales del s. XV y comienzos del XVI): un momento de esplendor, pero también un periodo dramático y de excesiva pobreza. Es una novela que se leen muy bien, es fácil de entender, introduce muchos diálogos, muy ágiles, y seguramente la clave de su éxito es su combinación de ambientación histórica, intriga detectivesca y construcción de personajes memorables.
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