Dientes de leche cuenta la historia de una familia, contemplada a lo largo de tres generaciones, que se convierte en un espejo donde se reflejan cincuenta años de vida española. El argumento comienza con el italiano Raffaele Cameroni, que forma parte de las brigadas italianas que el gobierno fascista de Mussolini envió a España para ayudar a Franco durante la guerra civil. Una vez terminada la guerra, se casa con Isabel, que ha sufrido el asesinato de su hermano y el arresto de su padre (represaliado por el bando vencedor). El matrimonio tiene tres hijos: Rafael, Alberto y Paquito, que toman rumbos distintos al llegar a la edad adulta. Las reuniones familiares de Raffaele -convertido ya en abuelo- con antiguos compañeros de armas que, como él, decidieron quedarse en España, se extinguen poco a poco, así como el intento de incorporar al nieto a las ceremonias conmemorativas.
Es muy relato muy emotivo que refleja muy bien la psicología de los personajes pero sin caer en la sensiblería. Explica el pasado de los personajes para comprender su comportamiento, incluído Rafaelle, que se alista, como tantos otros, para ganar un sueldo, y sobrevive haciéndose duro y siendo aparentemente insensible, a costa de romper su familia.
A pesar de estar ambientada en la guerra y postguerra, la novela no es una novela de guerra: habla sobre todo de los afectos familiares, de cómo se crean y se destruyen.
Y en definitiva reflexiona sobre la búsqueda de la felicidad, sobre los miedos y los rencores, y por encima de todas las cosas, sobre la necesidad de perdonar.
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