Comenzamos el curso con "El show de Gary"

  

Comenzamos nuestras reuniones del curso 2023-2024 con una autora que siempre nos funciona genial: Nell Leyshon y su segunda novela: "El shoy de Gary" publicada en 2016.
El Club de lectura Aguirre lo comentó el día 28 de septiembre y Club Leyendo Entre Hoces el día 5 de octubre.

El título ya nos da una pista de lo que vamos a encontrar.

Porque el título original en inglés es Memoirs of a Dipper, (la traducción literal en español es "Memorias de un carterista"). En la edición española es "El Show de Gary". Así que ya sabemos que el personaje es un ladrón, pero también que también da un espectáculo, porque este personaje es un intérprete. Esto es así porque para engañar o engatusar a sus víctimas representa un papel y así, toda vida es una interpretación.  

Es un personaje muy peculiar.

Como sucede con todos sus protagonistas, la autora crea un personaje lleno de carisma, que nos atrapa desde el primer momento.

Pero en este caso no es una persona que nos dé lástima por ser un marginado, sino que es un ladrón. Esto en principio nos hace rechazarlo hasta que nos cuenta su historia, que es una vida dura, una infancia desgraciada. Por otra parte, aunque sea un delincuente, nos llega a resultar atractivo, divertido, peligroso. 

    Vamos a explicar un poco del argumento para entenderlo mejor:

    Gary nos cuenta su historia en primera persona. Comienza hablando de cómo es su día a día. Es este capítulo con el que comienza el libro que se llama “Yo entonces”. Es uno de los momentos de su vida como ladrón, ambientada en los años 80.

    Pero en el capítulo siguiente, que se titula “Yo ahora”, nos da otra impresión de lo que es su vida actual, con un hijo y aparentemente retirado de la actividad delictiva.

    A partir del siguiente capítulo se remonta a su infancia. Una infancia dura: un padre ausente porque está en la cárcel; y que cuando aparece es violento; una madre que está superada por las circunstancias y no sabe cómo sacarles adelante a sus hermanos y a él… 

    Sigue avanzando por esa infancia y adolescencia marcados por la enseñanza del padre (que era también un ladrón), la inadaptación en el sistema educativo normalizado y un instinto, un sexto sentido que aprendió a desarrollar desde muy pequeño. Gary tiene una capacidad especial para saber lo que piensan los demás, es como un sexto sentido que le permite adelantarse a los movimientos de los demás.

    Ya no contamos nada más para no destripar la trama, pero sí que podemos decir que en su vida, esta vida que nos cuenta, Gary va evolucionando, cambiando, para bien o para mal, a consecuencia de algunos sucesos concretos de esta vida tan ajetreada que lleva va teniendo revelaciones. Por eso nos resulta tan interesante, no sabemos a dónde nos lleva la historia.

    Pero, aunque la historia sea interesante, a la autora le interesa más tratar algunos temas, como cuánto influye en una persona su origen, su entorno.

    Con la historia de su niñez, Gary parece culpar de sus elecciones vitales al mal ejemplo dado por su padre, pero por otra parte, en su mano está afrontar un posible cambio, y buscar las herramientas para conseguirlo.

    La experiencia de la autora trabajando con colectivos desfavorecidos ha sido fundamental para este libro.

    Ella cuenta que trabajó durante 10 años con gente marginada, haciendo talleres de lectura creativa en cárceles, hospitales, psiquiátricos… Y se quedó fascinada con las historias que contaban (reales e inventadas) y uno de los chicos con los que trabajó de llamaba Gary y fue quien le inspiró para esta historia. Pero la cuestión es que al leer esta historia creo que de alguna manera está hablando de todos nosotros, de como cada uno pelea con sus recuerdos y su forma de ser para ir construyendo su vida, como nos equivocamos y rectificamos, o no.

    El estilo de esta novela es muy peculiar.

    No es solo que el personaje nos cuente la historia en primera persona, sino que también apela constantemente al lector. Se dirige a nosotros, a quien está leyendo la historia, como si estuviésemos presenciando un show en el que él nos habla y nosotros escuchamos. 

    Reconocemos en la narración el estilo típico de Nell Leyshon, con frases breves y concisas como si efectivamente estuviésemos escuchando a alguien hablar. Y en este personaje reconocemos rápidamente el lenguaje coloquial como es coherente que hable Gary. Por ejemplo en el comienzo usa expresiones como:  “años chungos”; “noche de mierda”… habla de “chorradas”, introduce tacos, etc.

    Pero la autora también utiliza frecuentemente metáforas, imágenes, que el dan un toque poético y hacen que cualquier relato, incluso este, esté marcado por una gran sensibilidad, por ejemplo cuando habla de su madre:

“Veo a mamá de pie junto a la puerta. Tiene un cigarro encendido y está mirando al cielo. A medida que me acerco veo que su piel tiene un tono rojizo dorado por los últimos rayos de sol. Sé por su aspecto, por su postura, de qué ánimo está. Sé que no ve nada de lo que tiene delante. Que tiene la cabeza llena de viejos sueños, de retazos de historias y recuerdos. Llena de sombras de lo que creía que iba a conseguir en la vida”.

    Esta cercanía del lenguaje coloquial y fácil de entender mezclado con el estilo más literario, más elaborado consigue un efecto muy personal; el de Nell Leyshon es un estilo propio y muy reconocible y uno de sus principales atractivos.

    En definitiva, consigue que la historia te atrape y las páginas pasan sin apenas esfuerzo. 

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