Su protagonista, Mary, es una chica de clase humilde que vive en el s. XIX, que no sabe leer, que sufre el maltrato por parte de sus familiares directos y luego del dueño de la casa en la que entra a trabajar. Aprende a leer y con mucho esfuerzo va escribiendo un diario en el que refleja sus vivencias.
En la novela hay una crítica a la estructura de poder machista que una y otra vez ejerce la violencia contra las mujeres, que las afrenta, las humilla, las golpea. También se trata a necesidad de la memoria y la escritura como arma para dejar testimonio. Este personaje tan peculiar nos cautivó por su encanto, que reside en su sencillez y su espontaneidad. Dice lo que piensa, para ella la vida es sencilla. “Si me canso me voy a dormir”. Es una chica aplicada, acostumbrada al exigente trabajo del campo; pero contrasta con su lengua afilada. Posee esa inteligencia práctica y útil. Lo que más llama la atención de esta breve novela es su estilo. Está escrita en un tono tan directo, que parece una conversación íntima entre la protagonista y el lector. Este relato tiene un fuerte valor simbólico: todo está cubierto con el aura de inocencia de una joven con el pelo del color de la leche. Ese mismo color que ofrece una mirada tierna, de inocencia, de virginidad.
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