No conocíamos a esta autora, así que hicimos un repaso de su biografía:
Tanja Kinkel, nacida en 1969 en Bamberg, estudió alemán, teatro y comunicación y recibió varios premios literarios, becas en Roma, Los Ángeles y en el taller de guión de Munich.
Ha sido invitada como conferenciante en colegios y universidades en Alemania y en el extranjero, y ha sido galardonada con la Orden del Mérito de Baviera.
Escribe en antologías, produce decorados de teatro y, para 2020, ha escrito veinte novelas que han sido traducidas a más de una docena de idiomas, con una circulación mundial total de más de siete millones de copias.
Es la patrocinadora de la Asociación Federal de Hospicios para Niños.
Es una autora conocida por sus novelas de corte histórico, aunque también ha publicado obras de misterio ambientadas en la actualidad y, en sus últimos libros, aborda el tema de la fantasía y la literatura para jóvenes adultos.
La leona de Aquitania es su segunda novela, publicada en 1991.
En ella, recorremos la biografía novelada de esta gran mujer.
Respecto a Leonor de Aquitania:
Hoy parece inconcebible que una mujer haya vivido y trabajado así en la llamada Edad Media. La nieta de Guillermo IX de Aquitania, el trovador, musa de un arte y una cultura cuyos ideales se convirtieron en normas éticas para toda Europa en el siglo XII.
A los quince años se casó con Luis VII de Francia. Nunca más permitirá ser considerada el juguete de los poderosos, sino que se esforzará incansablemente por sostener los hilos del poder en sus propias manos.
Es la primera mujer en tomar la cruz y presenciar la Segunda Cruzada.
Después de quince años hizo cumplir la anulación de su matrimonio con Luis VII, y solo dos meses después se anunció su matrimonio con el futuro rey de Inglaterra, Enrique de Plantagenet, que era diez años menor que ella.
De voluntad fuerte y sabia, se establece en el escenario del poder, al lado de un hombre que lucha con los mismos medios que ella.
Dividida entre el amor y el odio, soporta todos los golpes del destino.
Cuando Leonor muere a la edad de ochenta años, sus dos maridos llevan mucho tiempo muertos. Enterró a ocho de sus diez hijos; soportó dieciséis años de prisión; intervino en dos cruzadas y conoció personalmente a los santos de su siglo.
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